jueves, 31 de julio de 2014

Utopías de una carrera

La palabra comunicador es tan insulsa cuanto extravagante. El estudiante de Ciencias de la Comunicación egresa tan confundido como cuando ingresó. Las mallas curriculares responden a un mercado hambriento de técnicos desvalidos de los mínimos estándares de criterio. La vaguedad de sus asignaturas genera que el estudiante reciba tanta información acerca de todo que finalmente no aprende nada. Los que eligieron Periodismo descubren que no escriben una línea en una sala de redacción. Los que optaron por Publicidad advierten que los programas a los que fueron sometidos ya no se aplican en las agencias. Los que eligieron Audiovisuales se encuentran como frustrados directores de Cine. Los que optaron por Comunicación para el Desarrollo reparan en que están imponiendo ritos ajenos en una cultura diferente. Aunque los que eligieron Relaciones Públicas no se sienten tan estafados; más bien se preguntan que porqué no estudiamos Administración de Empresas, caray. 







miércoles, 30 de julio de 2014

Al borde del umbral

La mejor amiga del colegio. La mejor amiga de la universidad. La mejor amiga del trabajo. La mejor amiga... Mientras no concilio el sueño reaparecen imágenes en las que estuve en la frontera entre el amor y la amistad. Apunto de dar ese paso contundente y temerario. ¡Esa fracción de segundos en los que me faltó el aire! Y el añoro de lo que nunca existió me sobrecoge. Toda mejor amiga constituye un amor frustrado por falta de agallas.



viernes, 25 de julio de 2014

Una voz que llenaba los rincones

Uno de los refugios que mi hermana y yo encontramos durante nuestra infancia fue la música. Una tarde, después de haber sintonizado una estación, me preguntó: “A ti te gusta Jeanette, ¿no, Daniel ?”. Sí, le respondí... con la firme convicción de un niño de seis años. A partir de ese momento nació mi curiosidad por la rareza de esa voz. Esa voz de color azul me devolvía el gris de la ignota avenida, el amarillo de la antigua casa y el marrón de sus corredores. Esa voz de lozana tristeza me aguardaba tercamente en cada recuerdo, en la silenciosa abstracción infantil, en la hermandad de los objetos, en la precoz institución de la nostalgia. Ayer le pregunté a mi hermana de qué color veía la voz de Jeanette: verde nilo, me respondió. ¿En qué se parecen el azul lluvia y el verde nilo? Posiblemente en que ambos son etéreos, como una voz que ya no es voz, sino susurro en medio del silencio…



El triángulo

Esa capacidad extraordinaria para relacionarse con mujeres que viven bajo la sombra de su ex. Un momento de la cita bastará para que se deslice el nombre o el pronombre del fantasma. Esa liberación desatará cada recuerdo que latía clamando luz desde el interior de la caja de Pandora. ¡Y el cuarteado rostro de la confesión! Ese rostro parece materializar cuán presente está el pasado de la fulana. ¿Cuál será el momento adecuado para involucrase? Una amiga curtida en errores me dijo que "después del proceso de duelo". Incierto. Invadir territorio indio siempre será incierto. Lo único cierto es que se podrá caminar sobre él con las manos limpias después de haber soportado la más extrema de las soledades; pero no una soledad llena de muertos y heridos, sino aquella sugerida alguna vez por Juan Ojeda: una impecable soledad.





Mudanzas

Cada mudanza tiene sus particularidades. Pero todas implican la sensación de cierta pérdida y cierta ganancia. No todas son dolorosas pero todas son necesarias. La primera, la de la casa paterna, es por lo general difícil; cuando no, tardía. Esa última noche en la que los objetos de la reacia habitación cobraron vida y emitieron un concierto tan abrumador que despertó una inevitable pena. Mudanzas posteriores suelen emprenderse por motivos menos contundentes: una crisis financiera, la insoportable relación con el arrendador o el encallado recuerdo de un amor. Esa mañana en la que la tarea de empacar sacó de su escondite un cabello, un carmín o la obscena huella de una batalla placentera. Otras mudanzas parecen estar acompañadas por la luz del mediodía: cada esquina inexplorada del nuevo lugar despierta esa curiosidad que habíamos enterrado en algún lado. Mudanzas... cada una implica cierta pérdida y cierta ganancia, como toda negociación sostenible en el tiempo.




"La quinta de los Ticona, Balconcillo, Lima-Perú, 2008"
http://www.flickriver.com/photos/jag72/tags/lima/

Entre Eros y Thanatos

¿Qué provoca ese gesto de dolor en la cara de los amantes durante los momentos previos al clímax? ¡Qué rostro tan contradictorio!, si asumimos que no hay mayor satisfacción que la del coito. ¿Por qué una expresión tan dolorosa acompaña la sensación más placentera? Y acaso la inmovilidad y el silencio posteriores, ¿no nos descubren tan vitales pero tan adormecidos como si hubiésemos abandonado el cuerpo? Necesitamos salirnos… morir para vivir.



viernes, 4 de julio de 2014

Afectaciones

Nada más antipático que el afán por hablar en difícil que ostentan los literatos. Nada más inútil que rumiar en torno a lo que no puede terminar de explicarse a través de la razón. Si la adopción de este código persiste después del pre-grado es porque sus usuarios han terminado por suscribir su conversión en momias. La voz de un literato ya no es voz sino discurso, la oración que escribe no oración sino enunciado y el libro que lee ya no libro sino texto. Si las víctimas de esta herramienta de distinción no logran desvendarse a tiempo serán los únicos responsables de la fetidez verbal que dejen como herencia.