sábado, 31 de enero de 2015

Mujer madura en una casa de madera

Tú debes tener las manos fuertes y la mirada despejada. Llevar el cabello recogido y ostentar el obsceno escote. Debes haberte encallado las manos contra el árbol. Extender el mantel a cuadros angostado cielo. Debes ser aire extraviado entre los dedos vacuos. Llevar un dolor antiguo que a tu paso asciende. Tú, cogerías el rifle ante la fiera hambrienta. Debes ser leche ardiente sobre el fuego eterno. Tu leve pliegue observaría impávido al hombre atrevido. ¿Tan solo agua caliente ante el mayor agravio para ser la misma? Mujer de manos fuertes y mirada despejada, por qué divagas en un tiempo espacio en el que me hallo muerto. Seguro que eres aire extraviado entre los dedos vacuos...

San Juan de Lurigancho, enero de 2015


martes, 27 de enero de 2015

Poesía fallida

La mayor parte de mi producción poética resultó fallida. Sobre el papel deteriorado, tan solo una letra o quizás una palabra. Y entre trazo y garabato, los escombros de una guerra rezagada. Vacíos tercamente silenciosos. Algún escaso acierto. Tachaduras que grafican el fracaso: el estancado caudal de un lector aburguesado. Sobre un mugriento soporte, la obstinación de un poema desmembrado, como el lodo que salpica al aletazo del ahogado. ¡Pobres versos incompletos, transgredidos, violentados! Poesía fallida: hijos malparidos o abortados. 

San Juan de Lurigancho, 14 de enero de 2014



lunes, 26 de enero de 2015

Aforismo contra la nostalgia decembrina


¿Diciembre? Cuídate del furor superficial de los reencuentros. Cuídate de los consensos. De la promesa embriagada, altisonante. De parodiar alegremente una verdad que ofende. Cuídate de los abrazos vacuos y de besar al aire. Del ruido que enceguece y de sus promotores. Cuídate de los objetos. De la gula que llena de más hambre al hambre. De buscar el calor sobre la loza. ¡Cuídate del sabotaje! De la mentira decembrina que enajena cauta y brilla. Cuídate, que todavía no termina… 

Lima, diciembre de 2013




lunes, 19 de enero de 2015

Una pequeña miseria

Los micrófonos de Radio Libertad. Instrumentos desvalidos por esos cables sin protección cuyo usuario ya no sabía cómo ocultar. ¿Algún reportero habría usado uno de esos micrófonos cuando se encontraban aptos... es decir, con un plug adaptable a una grabadora? Cuando recuerdo esos penosos aparatos recuerdo también el transfuguismo del propietario de esa emisora: despotismo del capataz, miseria de los feudos.