lunes, 7 de diciembre de 2015

Ladrillos

Decenas de albañiles construyen el nuevo pabellón de esta universidad. Los obreros se suspenden y clavetean sobre las columnas de un edificio que lucirá poderoso e indestructible. Cómo ha crecido esta universidad. Hace poco más de un año se componía de un pabellón, un coordinador que envejecía ante una pantalla y una manga de estudiantes que enarbolaba la minoría de su edad. Hoy debo evaluar el examen final. Recuerdo los resultados del parcial: uno o dos aprobados. Las autoridades coincidieron en que el examen debía evaluarse de nuevo. Me pidieron formular un nuevo examen y lo hice. Pero la coordinadora de carrera lo reformuló una vez más… Mientras observo la vida espontánea de albañiles y estudiantes me convenzo de que el facilismo se apoderará de cada rincón de nuestro entorno. Como la cosa sin nombre que tomó la casa en el viejo cuento argentino. Así me siento aquí: asfixiado, rodeado entre seres insubstanciales, poderosamente insubstanciales. 


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