viernes, 25 de julio de 2014

Entre Eros y Thanatos

¿Qué provoca ese gesto de dolor en la cara de los amantes durante los momentos previos al clímax? ¡Qué rostro tan contradictorio!, si asumimos que no hay mayor satisfacción que la del coito. ¿Por qué una expresión tan dolorosa acompaña la sensación más placentera? Y acaso la inmovilidad y el silencio posteriores, ¿no nos descubren tan vitales pero tan adormecidos como si hubiésemos abandonado el cuerpo? Necesitamos salirnos… morir para vivir.



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