viernes, 8 de agosto de 2014

De naturaleza itinerante

Dos carreras. Veinte semestres académicos. Cuatro centenas de créditos. Una vida en la que la ocupación y la vocación encontraron solamente una oscilante sintonía. Pasajes en los que las circunstancias completaron un sentido insuficiente o asfixiante. Y bajo estas experiencias, la convicción de no haber alcanzado jamás la plenitud. ¿Cuántas materias hechas polvo, cuántos haceres insubstanciales coparon este camino incierto, itinerante e insatisfactorio? Algunas personas vivimos como animales: en constante abandono y transformación, en un incesante y doloroso cambio de piel, en la necesidad de encontrarse sorprendido cada vez. Algunos vivimos como nómadas porque hacemos lo que somos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario